Thursday, January 17, 2008

La Escritora que casi nunca sonríe

Boletín: NOTICIAS LITERARIAS Nº7

ENTREVISTA A ANDREA TUTOR FERNÁNDEZ
Iniciadora del Neo Realismo Romántico

B. H.: Hace mucho, que vengo siguiéndole y le he visto luchar contra viento y marea. También sé que no cuenta con todas las capacidades de otros tiempos, de los tiempos de su cátedra universitaria. ¿Cómo se convirtió la Dra. Cary Torres en Andrea Tutor, una escritora cubana?
A. T.: Ante todo, le diré, que yo no soy una escritora cubana, sino una Escritora, una Escritora con mayúscula, una Escritora de la Lengua Española, y de las que escribe con una de las mejores, más elevadas y elegantes prosas, sino la mejor, de la Lengua dentro de la Narrativa y el Ensayo. Una escritora cubana es aquella que escribe sobre temas netamente cubanos, los cuales se identifican, en la actualidad, como norma, con el tratamiento de las capas marginales o muy populares, más populares que los de mi gusto.
Pues, mi amada amiga, la Dra. Marion Welzel, fue la que puso en mi mente tal idea, con el deseo de no recorrer, ella misma, sola ese camino. Quería tener a su lado a su alma gemela, a la que dormía en la cama paralela en la Habitación 5, luego, formando escuadra: yo, con mi bata de felpa a rayas y ella, con una preciosa bata naranja brillante. Todavía, en el 2000, lo anhelaba, lo consideraba nuestro proyecto. En el 2001, yo emprendí ese camino a solas y en difíciles condiciones. Sobre todo, no me ha acompañado la salud de hierro de otrora.

B. H.: ¿Podría preguntarle el porqué de su ausencia?
A. T.: No estaría capacitada para responderle.

B. H.: ¿No encuentra arriesgado, con sólo una novela publicada, su primera novela,Vals para Karla, hacer semejante aseveración sobre su prosa?
A. T.: En lo absoluto. Primero, porque he escrito, mucho más que publicado, durante un número importante de años ensayos sociales a un excelente nivel. Le invito a abrir Vals para Karla, editado por mí y dónde hasta las faltas me pertenecen, porque no contó con correctores ni tenía diccionarios e Internet, como ahora.
Ábralo y compárelo, abriendo, aquí y allá al azar, los libros de autores, que el mercado ha ubicado entre los primeros, incluso de best-sellers como Los Pilares de la Tierra, por cierto, mi elemento es tierra en el horóscopo occidental. Verá, que, en muchos, la prosa es muy simple, a la altura de un bachiller. Ya lo había señalado en mi comentario literario al libro Pasiones Romanas de María de la Pau, que resultó Premio Planeta 2005, publicado en la revista literaria digital Literarias Siglo XXI de Miami. Y si lee las primeras páginas de El Jardín de mi Amada de Echenique, que considero, usurpó un lugar que me correspondía, el Premio Planeta 2002, se dará cuenta al compararlo con mi prosa, que ha llegado la hora de la salida de algunos de estos autores del mercado. ¡Hace cinco años! Sólo los mantienen los que no permiten la libre competencia y reciben ganancias fáciles sólo por nombres, alrededor de los cuales se han creado expectativas no siempre justificadas. Por ejemplo, yo le puedo decir, que si un buen agente literario se hubiese hecho cargo de mi obra, vería mi rostro desde todas las estanterías y vitrinas. Aunque yo esperaba, y deseaba, ser un nombre sin rostro, desligar a la Dra. Cary Torres de Andrea Tutor, para poder seguir paseando con mis amigos y observando la vida desde dentro.
No obstante, le aseguro, que a la más famosa Escritora, yo, le pongo unos jeans corrientes y unas zapatillas deportivas, la visto de forma común y me paseo por toda España en autobuses con ella y nadie la conoce. Y, si se le dice quién es a alguien, se burlará a sus espaldas. Simplemente, no le creerá.
¿Sabe?, Dios me dijo, de antemano, que ese Premio Planeta era mío y me avisó, 7 días antes, que el Día del Sagrado Corazón de Jesús, 7 de junio de 2002, debía presentarme en Planeta y entregar la trilogía Las Caras de mi Locura al Concurso. Yo cumplí: trabajé incansablemente durante 7 meses en esa trilogía, que respondía, y responde, a una necesidad histórica dentro del desarrollo de la Humanidad. De hecho, estamos ante un Testamento, parte componente del Novísimo Testamento, y me presenté a entregarla en el momento, que se me señaló.
Yo no creo en nacionalismos, ni en xenofobia, ni en mercados saturados, porque el intelecto no tiene nacionalidad. Le puedo asegurar, que la mayoría de los que elevan la nariz, y presumen de nacionalidad y nacimiento, han visto y recorrido menos Europa que yo. Son menos europeos ¡A América la conozco de libros, a Europa la he caminado! Color, sí: uno puede servir a la Luz o a las tinieblas o a la oscuridad. Con sólo leer títulos, a veces, podemos darnos cuenta quién o quiénes han estado detrás, a quién sirve un autor determinado, quién guía a su espíritu desde el lado invisible de esta realidad, que llamamos vida.
Incluso, considero, que podía haber cogido el Premio Planeta 2003 y hasta el 2005, con mi novela Vals para Karla, pero estaba pendiente de respuesta en una Agencia Literaria. Ambas obras y algunos poemas forman parte de ese Testamento.

B.H.: Sé, que ha sido atea por muchos años. Yo lo sigo siendo, por ello, cuando me hablan de las musas, pienso que es coquetería de los escritores. ¿Existen las musas?
A. T.: Sí. Cualquier escritor inspirado, honesto, lo reconocería sin miedo a que le tilden de raro o que algún ignorante se burle de su trance literario. Hay ensayistas, que escriben y hablan de creación, especialistas, que no creen en la espiritualidad de la creación artística. Es una pena que estudien y hablen de lo que no conocen. Ya lo señalé en mi " Prólogo a Inés del Alma Mía", escrito para homenajear a la Autora en su 65 cumpleaños.
Por cierto, entre los que se creen ilustrados, existe mayor abundancia de ignorancia prepotente que entre los poco instruidos. Ya me pasó el día de la presentación de mi novela Vals para Karla en el Ateneo de Santander, con un funcionario, que se cree intelectual. Se burló al, yo, decir, que escribía en trance, en trance literario. Supongo, que me imaginó encendiendo velas, haciendo contorsiones y ritos extraños. Yo sólo llamo al Espíritu Santo al comenzar a escribir, cómo me enseñó mi Madrina de Confirmación, Sor Paty, al iniciar a orar, con la, aparentemente, simple oración: “¡Espíritu Santo, ven!” y Ella me responde: “AQUÍ ESTOY”, en un susurro. A mí me ayuda a escribir mi Padre, pero los errores son míos, porque Él escribía mejor que yo, a pesar de que había ido mucho menos a la escuela. Su Castellano era perfecto, elevadísimo, cultísimo, como el de mi abuelo Tutor, pero más limpio, sin influencia de otras lenguas.
¿Se imagina, que la mayoría de las personas, en Santander, no sabe qué significa ser intelectual? Y usan la palabra: unos, por coquetería y otros, por ignorancia.
En realidad, el proceso creativo es una actividad, en la que se conjuga, como en pocas o en ninguna otra, el intelecto, con mayor flexibilidad que la razón, más allá de ella, con la espiritualidad. Sólo una mente muy flexible, concentrada y constante puede entrar en contacto con la Creación de modo consciente. Para ello, se necesita una elevación espiritual importantísima. Es una experiencia de Dios, un regalo, la mayor riqueza a la que se puede aspirar en cuerpo humano. Los creadores saben de qué hablo. Sin embargo, los recopiladores de información y redactores, no.
Tomada :11/1/2008


B. H.: ¿Usted sería capaz de identificar, al leer libros, cuales son inspirados?
A. T.: Por supuesto, aún, aquellos basados en hechos reales, vividos por los propios autores.

B. H.: Dejemos el tema espiritual a un lado, aunque sí continuaremos con su evolución intelectual. ¿Ha dejado completamente los ensayos sociales, en los que había alcanzado los más altos galardones, que da la Academia en Cuba? Todos conocemos el alto nivel científico del país muy a pesar de las dificultades de los años de crisis. ¿Volverá a los ensayos?
A. T.: Considero, que uno nunca abandona del todo su profesión, porque forma parte de su experiencia vital. Si me lee con detenimiento, encontrará mi experiencia de Ensayista en mis Artículos de Opinión, en mi Narrativa, donde novelo temas sociales. También, en mis prólogos, comentarios literarios y, hasta, en mi poesía. Mucho de ello lo puede leer en mi Web, aunque todavía está en conformación.
Ya no escribo Ensayo Social, porque se necesita demasiada fuerza, energía y salud para dedicar las horas necesarias a la investigación, a la búsqueda de información, elaboración, análisis y escritura; para soportar la tensión de un aula, y cada vez es peor porque se va perdiendo el respeto y la educación formal. Los mismos profesores no se dan siempre su lugar, aunque en Cuba hay mayor respeto en las aulas que en España. Gracias a Dios, todavía se trata a los profesores de Usted, no se dicen obscenidades en el aula y el profesor sigue siendo una autoridad ante sus estudiantes.
Por otra parte, he experimentado un crecimiento intelectual, como profesional, vinculado a mi vida contemplativa, en que cada vez se abren nuevos campos ante y para mí, se me regalan nuevos dones. Yo crecí a Escritora desde el Jardín Infantil de parvulitos del Bachillerato, pasando por párvulos en el MGIMO, mi universidad moscovita, con estancias de un año en las universidades de La Habana y Kiev, para comenzar en la escritura profesional desde el Ensayo Social, siendo Profesora e Investigadora de la Universidad de La Habana. Ciertamente, éste, el Ensayo Social, desarrolló mi capacidad de escritura, de describir y explicar procesos mediante la palabra escrita, lo que no siempre es fácil. Sobre todo, decir con claridad las ideas y los caminos, que conducen a ellas. Los sentimientos y su expresión escrita los he desarrollado de forma epistolar.

B. H.: ¿Me está hablando de genialidad?
A.T.: Tal vez. Pues, la genialidad no consiste en buscar temas raros, ni palabras complicadas, poco usuales, rebuscadas, sino en explicar con claridad y fluidez pensamientos y situaciones sociales, humanas complejas. ¿Ha leído, Usted, Master y Margarita de Bulgakov? ¡Una extraordinaria novela de la Literatura Rusa! ¡Está brillantemente escrita y es extremadamente compleja! No sé, si algún día pueda, yo, llegar a escribir así. ¡Y lo necesito! ¡No siempre es fácil escribir lo que se vive!

B. H.: ¿Tanto así?
A. T.: A veces, inventamos la ficción para hacer creíble la realidad o convertimos la realidad pasada en mitos.

Martes, 15 de enero de 2008

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